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Gerardo Jorge

Sobre un paisaje. Milagros Rojas. 2017. poesía, 52 pp.

 

 

  Voy a decir tres cosas nada más sobre el libro. Sobre el libro, sobre Milagros. La primero que les quería decir, es que algo que me interesa del libro de Milagros, es que esta relacionado con una condición que tiene la poesía para mí, que es la de un tipo de práctica que emerge en general, como dice un poema muy bonito de Liliana Maresca, El amor-lo sagrado-el arte/ No tienen pretensiones / Son fugaces / Aparecen donde no se los llama / Se diluyen. Creo que es así, que la poesía en general tiene una característica, que es que tiende a florecer más en aquel lugar donde es más resistida o donde se experimenta como una exterioridad. Y eso tiene que ver un poco con la manera en que creo se desarrolló la escritura de este libro.

  Yo a Milagros la conocí en un taller que doy hace varios años en el Centro de investigaciones artísticas, que es un taller que no está destinado a que alguien escriba un libro de poemas, sino más bien a lo contrario, a trabajar con el lenguaje verbal en un contexto no específicamente poético ni literario, sino bastante indeterminado. Y lo que paso ahí, que tiene que ver con este primer núcleo que me interesa desarrollar, es que Milagros vino con una idea -ella hace video- que eran unos videos que deconstruían unas imágenes, unos colores, etc, Un día trajo como parte del despliegue de esos materiales, unos textos. Y en la muestra final, Milagros decidió hacer otra cosa que a mí me desconcertó un poco primero, pero que me gustó mucho por eso también y la asocio con esta idea de instalar la poesía en un lugar inesperado, o de partir y llegar hacia la poesía no desde la voluntad del poeta que escribe poemas y que lee poesía y se forma en esa práctica. Ella hizo un volante nada más. Sus compañeros exponían videos, instalaciones de textos, algunos hacían una acción y ella hizo un volante - volante es ennoblecedor como palabra-, un papelito, una hoja, una impresión recortada que tenia un poema y lo repartió ahí, y eso fue todo. Y yo me quede pensando en el volante como una especie de genero del arte -pensé en Arturo Carreira, pensé en el C.A.D.A en Chile, en lanzar volantes- pero lo que me parecía muy bueno es ese gesto de decir con esto es suficiente, con este soporte. Si no tiene nobleza, si no tiene prestigio, si no tienen nada no importa. Esa primer idea que me queda es que la escritura de Milagros llega desde la exterioridad de lo poético, que siempre es un lugar donde florece mas posiblemente la poesía, por esta cuestión que decía, de que la poesía por definición tiene que ser un poco antipoesía, en el momento en el que se fija en un lugar deja de ser poesía,  y con esa noción que les comentaba también de lo de Liliana Maresca.

  Entonces la primera idea es un poco esa, el perfil anfibio de ella, y una escritura que viene de ahí, que es un contexto en el cual aparecen muchas escrituras refrescantes, que no están lidiando todo el tiempo con medirse con algo preexistente y determinado y que también le da un desparpajo, una desprolijidad, incluso una inocencia que en otros casos es un trabajo de toda la vida y que en general es fracasado conquistarlo. Me parecía que había una cosa medio bastarda, por eso. Como una escritura que no quería reconocer una especie de filiación ennoblecedora, y eso me parece un lugar de incomodad que es una de las calles por las que circula la poesía.

  Lo segundo, entrando en el libro propiamente, un libro que acompañe su proceso porque nos hemos juntado asistemáticamente a revisarlo, un poco repitiendo ese mismo gesto de que no había una voluntad de producir algo, una voluntad de ver que pasaba con esa escritura, hacia donde podía ir a partir de una especie de caos originario de ella, que sin embargo tenía bastante sistematizado, organizado en diferentes criterios. Y ese es otro elemento, siempre hubo una voluntad de estructura en el proceso de este libro y por eso se fue encogiendo tanto para mí y eso le dio buena parte de la gracia que tiene. Y entonces, si el impulso de escritura de este libro, surgía de algo que no es: quiero escribir un libro de poemas, en realidad uno debería tener una cierta necesidad de escribir algo para que en el resultado de eso se pueda reconocer algún grado de vitalidad o relevancia, y en este libro eso estaba, por lo que les dije antes que accidentalmente emergió la ruta que abrió su escritura. No estoy valorando en el libro simplemente una espontaneidad, -no creo que la espontaneidad sea sinónimo de autenticidad o de lo genuino. La búsqueda de algo, de algo genuino, no esta asociada a la espontaneidad. Y en Milagros con toda esta estructura que tenia el material, -me acuerdo que había series que lo organizaban, que si leen el libro con atención lo van a detectar, algunas tienen que ver con el paisaje, otras tienen que ver con la sexualidad, etc.- el libro en ese sentido lo que encontró fue como una especie, -no quiero decir retórica, que es una palabra fea-, encontró una cantidad de procedimientos y de formas que lograron darle vivacidad o darle existencia poética a esa idea de urgencia de la cual había surgido su escritura. Y entonces hago tres o cuatro puntualizaciones que a mi me interesan de como está realizado el libro en términos estrictamente poéticos. Lo primero es que hay una idea de esa urgencia que esta concretada en el tipo de verso que tiene el libro que es un verso muy corto en el cual no pareciera haber tiempo para un desarrollo mayor de ideas o de una meditación, sino que es una plasmación urgente que se da, un ritmo corto prácticamente como para ser rapeado. Algo de esa vitalidad y esa urgencia está en el tipo de verso del libro. Lo segundo es que hay otra idea que tiene que ver con esa inmediatez y con ese registro más de la vivencia y de la experiencia directa de la que proviene el libro y no de la voluntad de hacer arte, y es qué todas las imágenes que hay en el libro son muy sensoriales, muy preceptuales, muy de registro directo de los sentidos, y le da al libro una materialidad en la experiencia de la lectura, que me parece otro elemento a atender. Y el tercero que es quizás el que más me interesa, ese carácter híbrido anfibio del perfil de artista - hay una tradición de escritores artistas que es algo que a mi me interesa-, me interesa lo que hace aquel que se dispone a escribir desoyendo toda una especie de prolegómenos que debería tener como modelo y demás, confiando en la sabiduría -una artista es justamente esa especie de trabajo con la intuición y con la traducción de procedimientos de un universo a otro, de un lenguaje a otro- y la idea que quería plasmar es que hay una tradición de escritores artistas para mi, que han trabajado una idea de escritura que no tiene que ver ni con la comunicación ni siquiera tampoco con la idea de que el texto suene, sino con una noción un poco mas plástica y más material de la escritura que yo la defino con el concepto de inscripción. La idea de que a veces uno se enfrenta con textos en los cuales aparecen elementos que antes que querer comunicar o decir algo, quieren significar en la medida en la cual surgen como el registro de una presencia o de la situación en la cual fueron escritos. Por ejemplo, uno puede leer a Alberto Greco y darse cuenta que hay una enorme cantidad de intromisiones en el desarrollo de los textos, que están tratando de dar cuenta en la situación en la cual fueron producidos, o pueden leer la poesía de Osvaldo Lamborghini. Me parece que en la poesía de Osvaldo Lamborghini también aparece eso, y me sirve para decir por ejemplo, si uno recorre este libro Sobre un paisaje, va a ver que el uso de las preposiciones entre paréntesis y demás, tratan de dar ese ritmo de un texto que todo el tiempo quiere inscribir de algún modo hechos, registros, percepciones que no son el desarrollo del poema en el sentido convencional, sino que aparecen en paralelo y que remiten a la situación de producción del texto. Eso es como una idea para mi que fronteriza entre la poesía y una practica más plástica, de marcación, que me parece que también dota de vitalidad al texto.

  Algo más para decir, sería que el libro para mi tiene una estructura, como si fuera un diario también, pero un diario desordenado, en el cual uno puede advertir de que se esta dando cuenta de un determinado momento en el que sucedieron una cantidad de experiencias, que esa voz que se despliega en los poemas esta plasmando, pero no con una voluntad narrativa ni con una voluntad de clarificar una especie de curso de los sucesos, sino simplemente de dar la sensación de dar la dimensión de eso. En esa idea de diario un poco desordenado, lo que a mi me gusta, es que hay un movimiento un poco mas del raid nocturno, del raid de ansiedad y de sexualidad, hacia un núcleo que es lo que del comienzo mas me intereso de la escritura de Milagros, que tiene que ver con cierta reconstrucción también de una experiencia muy erotizada y pletórica en términos de sentidos de una infancia rural donde las imágenes cobran un poder muy fuerte porque están en un estado también muy directo digamos para la percepción, no mediado, con procesos que son muy básicos y fundantes y el libro recorre ese movimiento, y en la tercera sección del libro creo que abandona incluso la voluntad de narrar que puede aparecer en algunos poemas donde las situaciones son mas claras y se estructura mas a partir del desarrollo de algunas imágenes que siempre conservando esta idea un poco desprolija, urgente, rapeable como les digo de los versos, despreocupada del problema de hasta donde uno esta adentro de la poesía y hasta donde uno esta afuera, tienen como una vivacidad particular y en la cual uno se permite cruzar niveles de lenguaje y salir de la idea de esta escritura un poco mas contemporánea, -porque hay como una idea de repetir la época, el verosímil de la época, que es tranquilizadora, pero por lo menos a mi no me interesa. Entonces yo quería leerles un poema de la última parte para que vean a que me refiero y es que también uno puede ir hacia lo lírico dentro de todos estos condicionamientos de los que les hable en los que cuales esta escritura se posiciona desde cierta aletarilidad, exterioridad, desde cierto despojamiento y que presenta atención si quizás les resulta tangible lo que les decía acerca del trabajo con las imágenes, con el ritmo y demás. Entonces voy a leer este poema que es de la ultima parte y que dice lo siguiente:

 

Ahora me perturba

el canto de los teros

a lo lejos

y hay un ruido de gritos

en el fondo, en el horizonte

de frío azul o plateado

si hay brillantes

perlas bordadas

es solo el resplandor de la noche

el ruido ensordecedor de la noche

seria divino

que vengas como una luz de hueso

a la hora de la siesta

de lejos nos ven los caballos

los perros

ahora barro toda la ceniza

nacen mariposas de alas grises

a veces te elevo a lo alto de un cerro

otras te entierro

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